SEGUNDA PARTE
La segunda se inicia al siguiente año,1915 y termina en 1939. Es la etapa más bella y romántica de la Aviación, tanto por parte de las máquinas como por la de los hombres que se encargaron de pilotarlos. Ambos son los encargados de tejer en una constante armonía, los primeros records por vencer las dificultades que les oponían la velocidad, la altura y la permanencia en el aire. Y es en ésta, donde además de surgir los primeros Ases de Guerra como el alemán Manfred Von Richthofen, el baron rojo, con 80 derribos; el francés René Fonck con 75; el británico Mannock con 73; el canadiense Bishop 72; el italiano Baracca 34 y el americano Rickenbacker con 26 entre otros muchos; aparecen fabulosas máquinas capaces de atravezar, mares y océanos, de unir en vuelos impensables a países y ciudades,impulsados por la creación de las hoy renombradas empresas aeronáuticas que como CASA en España o las Boing y Ford en EEUU motivan la formación de las primeras compañias del transporte aéreo y comerciales.
Empiezan a aparecer avanzadas patentes que modernizan al padre de los motores en fases sucesivas, el mítico de ocho cilindros en "W" de 140cv que resultó el más usado en la 1ra Guerra por los aviones de combate. Su diseñador, el suizo Marc Birkgigt, recibió una ayuda financiera para su construcción de los españoles Mateu y Aritio, creando posteriormente la famosa marca La Hispano-Suiza.
Se inicia pues, el caldo heterogeneo entre los diseñadores como el holandés Anthony Fokker, el británico Geoffrey de Havilland, el francés Gastón Caudron, Henry Farman o Gabriel Voisin y los constructores como Airco, Albatros, Arado, Armstrong-Withworth, que unen sus esfuerzos al desarrollo de motores a partir del pequeño Gnome de 75 kw que paulatinamente fué superado por los Rolls-Royce de 12 cilindros y 280 kv; el Liberty de 12 y 298 kw; por el Mercedes Benz III, que permitieron crear las famosas familias de aviones como los Albatros D.VA y Arados alemanes o los DH de Havilland, Bristol, Boulton-Paul, Faireys ingleses; los Caproni italianos o los Curtiss americanos.
Empiezan a aparecer avanzadas patentes que modernizan al padre de los motores en fases sucesivas, el mítico de ocho cilindros en "W" de 140cv que resultó el más usado en la 1ra Guerra por los aviones de combate. Su diseñador, el suizo Marc Birkgigt, recibió una ayuda financiera para su construcción de los españoles Mateu y Aritio, creando posteriormente la famosa marca La Hispano-Suiza.
Se inicia pues, el caldo heterogeneo entre los diseñadores como el holandés Anthony Fokker, el británico Geoffrey de Havilland, el francés Gastón Caudron, Henry Farman o Gabriel Voisin y los constructores como Airco, Albatros, Arado, Armstrong-Withworth, que unen sus esfuerzos al desarrollo de motores a partir del pequeño Gnome de 75 kw que paulatinamente fué superado por los Rolls-Royce de 12 cilindros y 280 kv; el Liberty de 12 y 298 kw; por el Mercedes Benz III, que permitieron crear las famosas familias de aviones como los Albatros D.VA y Arados alemanes o los DH de Havilland, Bristol, Boulton-Paul, Faireys ingleses; los Caproni italianos o los Curtiss americanos.
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